Los antiguos palos de golf

Bulgers, Brassies, Baffies

La llegada de la bola guttie cambió de forma radical el diseño de palos de golf. La nueva bola, más dura y pesada resultaba imposible de controlar con las finas maderas de cabeza alargada, que se estropeaban fácilmente al golpearla.

Así pues, y a partir de 1880, las cabezas volvieron a ser anchas y pequeñas, favoreciendo la aparición del bulger, un drive de cara convexa, especialmente diseñado para evitar, en la medida de lo posible, los golpes con efectos no deseados. Asimismo, a finales del siglo XIX los spoons fueron desapareciendo, siendo sustituidos por el baffy y la brassie, cuya cabeza estaba unida al resto del palo mediante una pequeña placa de cobre situada en la base (de ahí su nombre: "brass" significa cobre en inglés).

Al mismo tiempo aumentó el número de hierros, fundamentalmente porque su fabricación era más barata y, al contrario de lo que ocurría con la bola feathery, no estropeaban la guttie, al ser esta última mucho más dura. Hacia 1900 los hierros, cada uno con un loft o grado de inclinación distinto, constaban de un cleek para efectuar el drive, un lofter, un mashie, un hierro para la arena o sand iron, un niblick y otro cleek para patear.

PALOS MÁS ELÁSTICOS

Las nuevas cabezas, al ser más anchas y pesadas, hacían posible perforarles un pequeño agujero donde insertar la varilla, perfectamente pulida y por lo general, hecha de madera de nogal, resultando así un palo mucho más elástico. Este método fue más tarde sustituidos con algunas variantes, incluyendo la del palo de una sola pieza. Éste estaba hecho e madera de fresno, cornejo o espino, que por lo general, se obtenía de las ramas inferiores del árbol o de las mismas raíces.

La parte de la raíz, más bulbosa, se utilizaba para la cabeza, mientras que la de las ramas resultaba idónea para la fabricación de la vara. Otras peculiaridades incluían una extensa gama de entredoses, utilizados en los drivers para proteger la cara del palo del impacto de la bola. Estos entredoses podían estar hechos con los más variados materiales, desde cristal, goma, pizarra, marfil e incluso piel de rinoceronte o elefante.

OTROS DESARROLLOS

En la cara del palo, se probó a colocar una pequeña tira de metal en forma de muelle enrollado, con el objeto de dar mayor impulso a la bola al golpearla. En el extremo y en la base se introdujeron trozos de plomo, para ayudar a aquellos jugadores que tenían dificultades a la hora de enviar la pelota en la dirección deseada. Hay que decir que la mayor parte de esos peculiares inventos no llegaron al mercado, si bien hoy, hasta hace pocos años, seguían utilizándose los entredoses.

También se fabricaron palos con cabezas de metal. Primero los putters, con un diseño muy similar al de sus equivalentes en madera, y que se hicieron populares rápidamente, hasta el punto en que, en 1895, la creciente demanda llevó a los fabricantes a diseñar un equipo completo de palos hechos de metal, incluyendo drivers, cleeks y mashies.

Fuente: Golfsitges.com

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