Roberto De Vicenzo: Le escribí una carta a Tiger

La entrevista

El ya imborrable 138° Abierto Británico, que concluyó el domingo en Turnberry, sigue ofreciendo temas para abordar. Además de la sorprendente vigencia de Tom Watson a los 59 años, nadie olvida que Tiger Woods no superó el corte clasificatorio.

-A propósito de la frustración del N° 1, ya se dice que Tiger debería de cambiar a su entrenador de swing, Hank Haney. ¿Está de acuerdo?

-Para nada, no tiene nada que ver. Ya le escribí una carta a Tiger y se la voy a mandar.

-¿Para qué?

-En la carta, lo aconsejo con el swing. Tiger tiene que salir con un driver que tenga 10 de loft, un mayor levante en la cabeza del palo respecto del que él usa, que es un 9. Además, no debe utilizar el tee, tiene que salir del suelo y que pierda 15 yardas de distancia. Es que pega fuerte, pero cuando erra, erra muy mal, como le pasó en Turnberry. Recordemos que, en la segunda vuelta, hasta perdió una pelota en el rough.

-¿Le va a mandar la carta en serio?

-Sí, por supuesto, sin bromas. Quiero hacérsela llegar. Ahora bien, que me haga caso es otra cuestión. Es muy difícil intentar modificarle sensaciones a un golfista, aunque hay veces que es totalmente necesario.

-Retomando el caso de Watson: ¿qué opina de las restricciones del Abierto Británico, que impide que participe un jugador mayor de 60 años?

-Está bien, es respetable. No es mala idea. Después de los 60, ya tenés que darles lugar a los jóvenes. Además, un Open te demanda mucha fortaleza física para caminar y jugar con el viento y la lluvia. A esa edad, un jugador está maduro mentalmente, pero también debe saber soportar la rigurosidad del trazado.

-¿Qué estará pensando por estas horas Stewart Cink, campeón en Turnberry?

-Si yo fuera él, partiría la medalla en dos y le daría la mitad a Watson. Cink ganó el torneo en pocos minutos; Tom, en cambio, lo maduró durante cuatro vueltas y se le escapó sobre el final, en el hoyo 72.

-¿Cink es un ganador, digamos, culposo?

-Jugó ese desempate contra el mundo entero, no sólo contra Watson. Vivió el momento más importante de su carrera dentro de un contexto sumamente desagradable, incómodo, que implicaba torcerle el brazo al gran ídolo, al hombre que estaba a punto de hacer historia con su récord de longevidad.

-¿Sería capaz Watson de ganar en Saint Andrews en el Abierto de 2010?

-Le resultará más difícil, porque allí prevalecen los que pegan fuerte. Ese mítico campo, que es la cuna del golf, tiene mucho menos rough que Turnberry, aunque búnkeres más profundos. Y el diseño es particular, porque ocho hoyos van en una misma dirección, después da una vueltita de dos hoyos y los últimos ocho apuntan a la otra dirección. Si te acompaña el viento en ambos sentidos, las cosas se te facilitan mucho más.

-Pasado mañana, comienza el Abierto Británico Senior en Sunningdale. ¿Cómo cree que recibirán a Watson?

-Con todos los honores, por supuesto. Pero el tema pasa por saber cómo estará Tom interiormente y con qué resto físico. Desde afuera, se lo ve siempre con esa carita de llorón, pero es una gran persona. Lo demostró al no levantar la pelota cuando todo estaba perdido durante el playoff. Sufría como loco por los errores que cometía, pero seguía adelante con gran entereza.

-Eduardo Romero, entre otros argentinos, actuará en Sunningdale. ¿Cómo lo ve?

-Con grandes posibilidades, porque ya estuvo muy cerca de ganar el Abierto Británico Senior dos veces.

Fuente: Diario La Nación - Julio 2009

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